Al ser campañas de distinta duración y estar en distintos sitios, a final de mes tenías que contar las horas para ver si te habías pasado o te habías quedado corto. Normalmente estaban bastante bien programadas, pero si había un pequeño descuadre sabías que el mes siguiente tendrías más o menos horas para trabajar.
Pues bien, un día tuve la siguiente conversación con una compañera:
Compañera: Esto...Viajera, a ver si me puedes ayudar.
Yo: Sí, dime.
Compañera: Mira. Es que estoy sumando las horas que he hecho esta semana y no me sale. Se me descuadra.
Yo: ¿Qué te descuadra?
Compañera: Sí, mira: he hecho un día dos horas y media y otro día una hora y cuarto.
Yo: Bien.
Compañera: Eso tendría que dar tres horas y tres cuartos ¿no?
Yo: Sí, claro.
Compañera: Pues bien. No me da bien.
Yo: (empezando a sospechar algo...) ¿Qué significa que no te da bien? Ahí no hay error posible...
Compañera: Sí, sí, mira: yo he metido en la calculadora 2,30 + 1,15. Y me devuelve 3,45. ¡Eso son casi tres horas y media y no tres horas y tres cuartos! ¡Tres horas y tres cuartos deberían ser 3,75!
Explícale lo que es el sistema sexadecimal. Y encima se mosqueó cuando le pregunte si había ido al colegio...
No hay comentarios:
Publicar un comentario