martes, 12 de febrero de 2008

Tunning

Mis padres tuvieron que gastarse una fortuna en mí. Digamos que mmmmm.... tuvieron que tunearme bastante. A saber:
- Plantillas en los pies desde los tres a los seis años (pies planos).
- Gafas desde los cinco a los diez (un ojo vago o como diría mi madre, un ojo mirando a Almería y el otro a Vigo).
- Gafas de nuevo desde los once (miopía).
- Ortodoncia desde los once hasta los dieciséis (mejor ni explico, pero tiburón a mi lado no tenía nada que hacer).

Cuando descubrieron que además tenía la espalda torcida, mi madre me llevó al traumatólogo. No tuve que llevar un corsé, pero sí unos horribles tirantes para mantener la espalda recta. Cuando tienes trece años no es que haga mucha ilusión que digamos...
El día que fueron a ponérmelos no puede evitar decirle a mi madre delante del médico:

Esto me pasa porque soy la mayor y no sabíais hacerlo bien ¿verdad?. Yo fui un experimento y Hermana ya os salió mejor.


Mi madre y el médico todavía se ríen cuando se ven...

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